San Lucas escribió tanto la primera lectura de Hechos de los Apóstoles como el Evangelio. Lucas fue el único escritor de los Evangelios que no era hebreo ni judío. Es probable que Lucas era un cristiano de habla Griega, de la ciudad de Antioquía en Siria. San Pablo se refirió a él como un médico. Lucas fue bien educado, y escribió y habló excelente el idioma Griego.
Algunos han llamado a Antioquía como la «Cuna del cristianismo», ya que fue desde Antioquía que San Pablo y San Bernabé fueron enviados por la Iglesia allí para evangelizar a los gentiles. Antioquía era una ciudad gentil, Griega / Romana. Lucas se convirtió a ser Cristiano y se hizo compañero de San Pablo en sus viajes de misión. Como autor de los dos libros, Hechos de los Apóstoles y del Evangelio de Lucas, escribió más del 25% del Nuevo Testamento. Sus fuentes probablemente incluyeron, además de San Pablo, San Bernabé, San Marcos, San Pedro y los otros Apóstoles. Él puede haber conocido a la Virgen María, también, porque nos da mas información con respecto a ella que los otros evangelios. Lucas probablemente viajó a Jerusalén, y sabemos que Pedro y otros apóstoles viajaron a Antioquía.
Antioquía estaba a unas 500 millas de Jerusalén por tierra, pero era más probable y más rápido que viajaban por mar a lo largo de la costa de Palestina. Sabemos que había mucho trafico y comercio por barco de puerto a puerto en el Mar Mediterráneo.
En la lectura de hoy escuchamos la parte final del Evangelio de Lucas, contando sobre la Ascensión de Jesús al cielo.
Después salió con ellos fuera de la ciudad, hacia un lugar cercano a Betania; levantando las manos, los bendijo, y mientras los bendecía, se fue apartando de ellos y elevándose al cielo.
En la primera lectura de Hechos de los Apóstoles, escuchamos a Lucas refiriéndose a su primer libro, el Evangelio, y su primer relato de la Ascensión que dice:
En mi primer libro, querido Teófilo, escribí acerca de todo lo que Jesús hizo y enseñó, hasta el día en que ascendió al cielo, ….
No sabemos quién era Teófilo, pero la conexión entre los dos libros de Lucas es la Ascensión de Jesús al Padre.
Muchas personas, incluidos los católicos, tienden a ver el ministerio de Jesús solo en términos de su nacimiento, su crucifixión y la resurrección, como que todo termina con la resurrección. Sin embargo, a esa impresión le falta la imagen más completa de la vida y el ministerio de Jesús. La historia no está completa sin la Ascensión. Después de la resurrección, Jesús ascendió de nuevo a su Padre y se sentó a la diestra de Dios. Entonces Jesús y su Padre enviaron el Espíritu Santo a la Iglesia. Celebramos ese evento, la venida del Espíritu Santo, el próximo fin de semana, en Pentecostés.
Por ahora, consideremos un dato sumamente importante, que hay un ser humano en la Santísima Trinidad. Junto al Padre y el Espíritu Santo está el Hijo de Dios que tomó carne humana de su madre, la Santísima Virgen María. Tanto Jesús como María ascendieron cuerpo y alma al cielo, afirmando nuestra fe en la resurrección de nuestros cuerpos y almas, como lo enseñaron los apóstoles y la Iglesia. Creemos en la Santísima Trinidad. Somos «Trinitarios» porque Jesús ascendió al Padre, y tenemos un hermano en sangre, carne y hueso en Dios, en la Santísima Trinidad. De allí nos comparta su Cuerpo y Sangre cada vez que asistimos en la Santa Misa, y nos pida seguirlo.
Es la Ascensión de Jesús que celebramos hoy, el acto final de Jesús antes de reunirse con el Padre y el Espíritu Santo en el cielo. Nuestra Iglesia da testimonio de la Ascensión de Jesús. La Ascensión nos da esperanza, porque dijo: «Sígueme» … hasta el cielo y la vida eterna. Dijo, “Donde yo este, Uds. también van estar conmigo.
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Amen.