San Pablo dijo,
Quiero, pues, que los hombres, libres de odios y divisiones, hagan oración dondequiera que se encuentren, levantando al cielo sus manos puras.
Si nosotros vamos a vivir en el Reino de Dios, tenemos que ser humildes y justos. Tenemos que ser honestos. Tenemos que tener manos puras.
¿Cómo debemos vivir nuestras vidas diariamente en el mundo?
Yo era ejecutivo en el mundo de negocios. Mis colegas en el trabajo sabían de mi Fe, y varios de ellos me hicieron una pregunta al respecto. Esa pregunta era, y es, muy importante.
“¿Marcos, como haces para vivir con tu Fe en el mundo de negocios?” Excelente pregunta.
Pero la pregunta en si supone una perspectiva equivocada. El error detrás de la pregunta es que el mundo de negocios y la Fe no se mezclan. Como que la religión no tiene lugar en el mundo de negocios.
Hubo un tiempo en mi vida en que yo también estaba de acuerdo con esta perspectiva.
Con mas madurez en mi Fe, llegue a ver que esta opinión era una mentira enorme. Al contrario, se necesita la Fe en el mercado, en el negocio y en todos aspectos de nuestras vidas. Siempre habrá una demanda real para hombres y mujeres honestas, fieles a la iglesia Católica en el mundo, en el mercado, en el negocio, en cualquier trabajo. Se requiere gente de honor y confianza; gente con principios personales, quienes luchan diario para ser fiel a los Mandamientos de Dios. Sin gente confiable, justos, honestos ¡el mundo nunca será justo!
Con el tiempo, encontré la forma de responder a la pregunta que me hicieron, “¿Como hago para vivir con mi Fe en el mundo?” Primero les preguntaba, “¿Recibieron su salario el mes pasado? ¿Cobraran su cheque? ¡Si les pagaron, entonces nadie les debe un centavo mas!” A cambio de su salario, su compañía o su supervisor le espera de Uds. dos cosas importantes: 1) Funcionar bien en su trabajo; y 2) Ser responsable administrador de los bienes de la compañía. Si Uds. aceptaron su cheque, entonces es su responsabilidad ser un empleado fiel, un colega fiel.
Y entonces, les dije, “¡DEJA DE ROBAR TU COMPAÑÍA! ¡DEJA DE ROBAR SUS CLIPS!” (PAPER CLIPS, SUJETADORES DE PAPELES, O PLUMAS)
Mis compañeros me miraban curiosamente, como que yo había dicho algo loco. Entonces continuaba yo, “¡No me miran así! Uds. saben muy bien lo que estoy diciendo. Cuando nosotros recibimos nuestro sueldo, todas las deudas están canceladas. ¡La compañía no nos debe un centavo mas! Después de pagarnos de acuerdo con su compromiso, no nos deben ni una grapa. Ni un papel. Ni una copia del Xerox. Ni una pluma o lápiz, o sobres. Ni una llamada personal de larga distancia en los teléfonos de la compañía. Ya recibíamos nuestro sueldo. Los dueños tienen el derecho de esperar que sus empleados son fieles administradores de sus bienes. Todos. Les debemos el mejor de nosotros.
Jesús dijo,
El que es fiel en las cosas pequeñas, también es fiel en las grandes; y el que es infiel en las cosas pequeñas, también es infiel en las grandes. Si ustedes no son fieles administradores del dinero, tan lleno de injusticias, ¿quién les confiará los bienes verdaderos? Y si no han sido fieles en lo que no es de ustedes, ¿quién les confiará lo que sí es de ustedes?
Si yo no puedo tener confianza en mi mismo con las cosas pequeñas, entonces ¿como puede la compañía confiar en mi con cosas grandes? Desde aquel entonces mi estándar personal ha sido, “Si no es propiedad mía, ¡no es mía!”
Uno de los Diez Mandamientos es, “No robes”. Con este estándar personal de que la propiedad de otros “No es mía”, ya era inútil para mi convencerme a mi mismo que robar una pluma o una grapa, un clip no es un robo por ser pequeño. Y mas y mas pude apreciar el valor de personas verdaderamente honestos en el mercado, en la industria. Gente de confianza verdadera. Gente de integridad y honor. Gente justos quienes nunca robaran nada, ni un clip.
El asunto no es que Nuestro Dios me va a mandar al Infierno por el robo de un simple “clip” o un centavo. Si yo me encuentro condenado será por mi decisión de romper un Mandamiento de Dios, no importa que sea pequeña o grande el robo. Un Cristiano, hombre o mujer, una persona madura o un joven tenemos la sabiduría de saber que la vida eterna nos espera quienes somos justos y fieles a los Mandamientos de Dios, con manos puras.
¿Cuándo comienza un acto ser robo? ¿Por su tamaño? ¿Un centavo? ¿Un dólar? ¿Cien dólares? ¿Mil dólares? Personalmente tome la decisión de mantener mi estándar con una simple definición:
“No es mío.”
Es un estándar de vigilancia y control sobre mi mismo.
Con frecuencia personas se presenten in el Confesionario confesando robos, diciendo, “Pero, Padre, son cosas insignificantes, cosas pequeñas.” ¡Es como que Dios les debe perdonar simplemente porque las cosas eran pequeños!
Algo semejante sucede cuando el niño en la escuela copia respuestas de otro, “cheating”, en un examen. Actualmente este representa dos pecados:
- Primero, el de robar conocimientos de otra persona.
- Segundo, hacerse mentirosos cuando presenten estas respuestas del otro al maestro, como que fueron suyo.
Cheating es feo. Mejor es representar al mundo el suyo que es suyo en verdad, y mantener una guardia personal que, “¡Si no es mío, no es mío!” “No es mío,” debe ser nuestro estándar moral y personal siempre. Papas, por favor, enseñan el moral a sus hijos, los Mandamientos de Dios.
Con esta estándar estricto he encontrado una paz que yo no sentía antes. Siendo estrictamente responsable a mi mismo por mi conducto con la propiedad de los demás, y con la verdad, poco a poco yo he encontrado una paz no esperada.
Mientras yo aprendía no robar clips, mi corazón creció en generosidad para los demás. Después de marcar claramente, con la verdad, con un rayo moral, aprendí que compartir mis bienes se me hizo mas fácil. Me di cuenta de que los quienes roban no tienen paz, ni un espíritu de generosidad. Como dijo Jesús,
No hay criado que pueda servir a dos amos, pues odiará a uno y amará al otro, o se apegará al primero y despreciará al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero’’.
El mundo necesita a Católicos morales, honestos, honrados, justos. Es mas, todo el progreso de cualquier comunidad requiere hombres y mujeres y jóvenes de mucho valor, justicia, honestidad y fe. ¡Católicos, su comunidad les necesita como no pueden imaginar! Limpio de estafas.
Tenemos que ser honestos. Tenemos que tener manos puras. Viven su Fe en el mundo. Vivan libres. Y no roben clips.