Los cristianos no somos ajenos a la persecución. A lo largo de la Historia de la Salvación vemos la persecución y el martirio de aquellos que se niegan a renunciar a su Fe en Dios.
La mayoría de la gente no se da cuenta de esto, pero hace menos de cien años, México era uno de los países católicos más avanzados del mundo, con escuelas católicas, hospitales católicos, orfanatos, monasterios y conventos.